Breve
presentación
La
presente publicación contiene en primer lugar el resumen que elaboró el
suscrito del interesante estudio biográfico que sobre el Doctor Ramón Ignacio
de la Barta (1761-1839), autoría del escritor Pedro Pérez Perazzo en 1959.
Este religioso arzobispo de Caracas fue la autoridad que
visitó a Cabudare en 1835 a bendecir el templo San Juan Bautista.
Transcendental acto religioso del que ahora celebramos el 180 aniversario.
Tradicionalmente se ha destacado que el acto de bendición de la sagrada casa de
oración cabudareña ocurrió el 24 de junio de 1835. Así lo han destacado entre
otros autores Hermano Nectario María en un ensayo que publicó en 1944 sin
embargo existe la duda si el acto ocurrió fue a mediados de julio de ese año,
por cuanto así se puede inferir en fuente documentales inéditas existentes en
el Archivo Arquidiocesano de Caracas. Lo cierto es que para agosto de 1835 la
misma jerarquía religiosa de Caracas firmó fuentes primarias correspondientes
al oratorio-capilla de Santa Bárbara de esta ciudad larense.
II
El otro ensayo es autoría de la doctora Yolanda Aris,
correspondiente a una aproximación biográfica del sacerdote cabudareño Doctor
José Antonio Ponte Sancinenca (1832-1883), VI arzobispo de Caracas I Venezuela,
además de escritor, periodista y particular maestro, en diversas instituciones
venezolanas. Por aplaudible iniciativa del Padre Juan Bautista Briceño, actual
párroco de nuestro templo se fundó el centro de educación inicial adscrito a
esta parroquia, el cual tiene al Doctor Ponte Sancinenca como epónimo. De esta
manera diariamente prosigue en su condición de faro de sabiduría, enseñando
para la eternidad a las nuevas generaciones locales, sirviendo de sempiterna
luz para el permanente encuentro con el conocimiento y la palabra divina.
Maestro Taylor Rodríguez García
Cronista oficial del municipio Palavecino,
junio 2015
“El arzobispo de Caracas, Doctor
Méndez, es además un valiente.
Con nosotros hizo la guerra de los
llanos
y la Patria le debe grandes servicios.
Tiene convicciones y erudiciones
teológicas”.
Libertador Simón Bolívar Palacios
NOTA BIOGRAFICA DEL
OBISPO RAMON IGNACIO MENDEZ DE LA BARTA
Nació en Barinas, el 31 de mayo de 1771, aunque otro de
sus biógrafos anota que abrazó el mundo terrenal en 1773 o 1775. En esta ciudad
llanera realizó estudios iniciales. Destacan varios historiadores que desde un
principio mostro interés por las obras
escritas referentes a temas religiosos e igualmente con contenido de la
literatura e historia.
Aunque se desconoce la fecha exacta
de su primera residencia en Mérida con el objetivo preciso de proseguir
estudios religiosos, lo cierto es que todavía la ciudad andina carecía de una
institución que le permitiera formarse como sacerdote. Por esta razón expone el
historiador Roberto Picón Parra, el joven llanero en 1790 se traslada a Caracas
y logra ingresar al Seminario de Santa Rosa de Lima, progresivamente obtendrá
diversos grados académicos, casa de bachiller, Licenciatura en Filosofía,
Teología, Derecho Canónico.
En otras palabras su formación
profesional fue titánica, es decir para 1797 ya había obtenido las órdenes
mayores de presbiterado, se había ordenado de sacerdote y obviamente parte de
los títulos universitarios. Trascurrido el tiempo, el 12 de mayo de 1799 las
autoridades universitarias le conceden su DOCTORADO EN CANONES y en la segunda
quincena de octubre de 1800 un nuevo grado incrementa su hoja de servicio,
recibe el DOCTORADO EN DERECHO CIVIL. En el epílogo. De estas notas se destaca
su labor como educador, que realizó tanto en Mérida como en Caracas
SU IDENTIFICACIÓN CON LA
EMANCIPACIÓN VENEZOLANA
Llama la atención que desde los días
aurorales del proceso de independencia nacional el Prelado Méndez de la Barta se integró al sueño posible de la independencia frente a España.
En consecuencia ve con satisfacción los acontecimientos del 19 de abril de
1810, mientras que al año siguiente la Junta de Gobierno de Barinas lo designa
Diputado por Guasdualito ante el Congreso Constituyente de 1811 en reemplazo
del sacerdote Juan José Mendoza, que por motivo de fuerza mayor le fue
imposible participar en esa instancia legislativa.
Transcurrido varios años su
actuación se mantuvo palpitante en numerosos congresos republicanos, incluso
como Senador, siempre en defensa de los ideales del padre de la patria, así
hasta 1826 cuando en el seno del Congreso se enfrentó personalmente al Senador
Diego Gómez quien defendió de manera acalorada una serie de contenidos de un
proyecto de ley totalmente contrarios a los legítimos derechos de la iglesia,
especialmente la edad aceptada para difundir la sagrada palabra por parte de
determinados ministro del culto. La situación alcanzó niveles inesperados y el
padre barines se fue a golpes con el referido senador. A raíz de este percance
fue expulsado del Congreso venezolano.
También participo en enfrentamiento militares, nuestro
personaje como se indicó anteriormente defiende las ideas republicanas más allá
del escenario legislativo. En este sentido cuando todavía no se había logrado
la emancipación nacional, bajo la orden del general José Antonio Páez Herrera
participo en acciones militares importantes ocurridas entre los años 1816 y
1817, por ejemplo las recordadas batallas del Yagual, Arichuna, y San Fernando
de Apure.
PRELADO MENDEZ DE LA
BARTA, ARZOBISPO DE CARACAS, DOS DESTIERROS Y FINALMENTE SU FALLECIMIENTO
En 1823 se había empezado que este
religioso barines sería designado como futuro arzobispo de caracas, en
reemplazo de Monseñor Narciso Coll y Prat, este último había sido transferido
del cargo, por el Pontífices Pio VII sin
embargo seria el Papa León XII quien nombraría a Méndez de la Barta en esta
jerarquía eclesiástica. El proceso se inició formalmente el 21 de mayo de 1827
y el 11 de mayo del año siguiente se ejecutó esta disposición de Roma.
Sin embargo surgieron las contradicciones entre la
autoridad religiosa y el gobierno nacional por una serie de contenidos de la
Carta Magna de 1830, con los cuales no estaría de acuerdo mencionado prelado, a
su juicio esos aspectos afectaban los derechos de la Santa Iglesia. Además no
debe olvidarse que en el fondo estaban latentes diferencias significativas
entre la máxima autoridad ejecutiva nacional y el referido arzobispo. La
situación fue permanente e intolerable, en consecuencia el 21 de noviembre del
referido año el ministro del culto fue expulsado del país, a los dos días
siguientes la embarcación lo llevaría hasta curazao.
Estaría fuera del país hasta el 21 de mayo de 1832,
fecha en la cual regresa a Venezuela permaneciendo por un lapso de apenas 4
años, ya que prosiguieron los litigios con las instancias ejecutivas e incluso
legislativas por diversas opiniones correspondientes por la Ley de Patronato
que limitaba a la iglesia Católica en una serie de preceptos, al igual que en
la oportunidad anterior el problema alcanzó niveles inaceptables por el arzobispo
lo que conlleva lamentablemente a la segundo y definitiva salida de Venezuela
de la respetada autoridad eclesiástica quien sale de Venezuela por la misma vía
de curazao y finalmente a la vecina República de Colombia donde fallece en la
comunidad de La Villeta el 3 de noviembre de 1836. Así perdió Venezuela uno de
sus admirados hijos, la iglesia católica aun notable defensor y difusor
mientras que el ideal bolivariano un incondicional estudioso y seguidor del
padre de la patria. En 1942 sus restos fueron trasladados hasta el Panteón
Nacional en la ciudad de caracas.
Nota: Restaría
agregar que el arzobispo Méndez de la Barta por varios años fue rector del
Seminario de San Buenaventura de Mérida y en esta institución religiosa conoció
al joven trujillano José Miguel Pimentel I Bravo, el mismo a quien Cabudare le
debe la construcción inicial de su templo matriz San Juan Bautista, todavía sin
el campanario, por cierto anota el Hermano Nectario María que en 1835 dada la
amistad entre el sacerdote Pimentel I Bravo y el prelado barines, seria
invitado a bendecir nuestra principal casa de la fe religiosa católica de
nuestro pueblo. Se infiere de este acontecimiento celebraremos en el presente
año el ciento ochenta aniversario de la bendición del sagrado templo. Lo última
nota obviamente no está contenida en la obra original.
Resumen del ensayo: Ramón Ignacio Méndez (1761 -
1839). Ediciones de la Fundación Mendoza. Caracas, 1959. 64p. Autor Pedro Pérez
Perazzo.
Resumen realizado por Taylor Rodríguez
García
Cabudare, Junio del 2015
Fuente:
Autor, FERNADEZ PACHECO, doctor Néstor. Perfiles. p.289.
MONSEÑOR DOCTOR JOSÉ
ANTONIO PONTE SANCINENCA.
LABOR EDUCATIVA.
Familia y Formación
Nació en Cabudare el 16 de junio de 1832, se graduó de Doctor
en Teología y se ordenó de sacerdote. Murió a los 51 años de un ataque cerebral
el 6 de noviembre de 1883, después de dedicar 29 años al sacerdocio.
Perteneció a una de las primeras familias que se
establecieron en Cabudare en el siglo XVIII.
Era nieto de Don Juan de Ponte que vivió 81 años, nació en Canarias el 27 de junio de 1764 y
murió en Cabudare en 1834.
Fueron sus padres: Juan de Dios Ponte (1813-1894) y
Encarnación Sancinenca. Su padre fue
abogado, Juez, Diputado, Senador y
Gobernador de la Provincia de Venezuela (1837-1841) y nació en Cabudare el 11
de septiembre de 1813 y murió en Barquisimeto en 1894. Vivió 70 años. La
familia Ponte eran parientes cercanos del Libertador Simón Bolívar.
José Antonio Ponte vivió en Cabudare hasta los nueve
años, como señala Mac.Pherson “… en medio de bien cultivadas haciendas de
caña y café…” (p. 426), y destruida
por el terremoto de 1812. Tuvo como maestro de primeras enseñanzas a Rito
Valero que regentaba la única escuela pública en esa población, luego fue enviado a estudiar al Colegio de
Carora con el Fray Ildefonso Aguinagalde durante 3 años, quien seguramente
influye en su decisión de ser sacerdote.
El Cura José Miguel Pimentel lo bautiza el 23 de junio
en la Iglesia Parroquial de Cabudare, siendo sus padrinos Juan de Dios Ponte y
María del Rosario Ponte. (Mac.Pherson p. 426.)
En 1845, a los
trece años cursó estudios de bachillerato en Caracas en el Seminario
Tridentino, fundado en 1698 como resultado del Concilio de Trento (1545-1563)
para enfrentar al movimiento protestante del siglo XVI y que, entre otros aspectos, concluyó con la
necesidad de instalar seminarios para la formación de sacerdotes. Continuó allí
estudios de Teología graduándose de Doctor el 10 de octubre de 1854 y el 23 de
diciembre de 1855, a los 22 años y con autorización del Papa, por ser menor de
la edad requerida, se ordenó como sacerdote.
Actividades Religiosas,
políticas y Educativas
En 1855 se produce una grave epidemia de cólera en
Caracas y José Antonio Ponte se dedicó, como señala Mac.Pherson: “…a la
asistencia de los infelices pacientes, dispensándoles todo género de ausilios,
consolándoles en los sufrimientos y en los últimos estertores de su agonía…”.
(p. 427)
Comienza en ese momento un largo peregrinaje donde
realizará su principal vocación: servir a Dios; pero que sabrá combinar con la
actividad política y la educativa.
Estuvo en Cabudare, Carora, Caracas, El Tocuyo, Duaca, Valencia,
Roma, Santo Domingo y Puerto Rico.
En 1855 el Arzobispo Silvestre Guevara y Lira le asigna
el vicerrectorado del Seminario
Tridentino de Caracas y fue nombrado Teniente Cura de la Catedral de esa
ciudad. Al año siguiente fue designado maestro de ceremonia de la Iglesia
Metropolitana.
A mediados de 1857 por motivos de salud fue
traslado como Cura Interino a la Iglesia
de la Concepción de El Tocuyo. Allí se
encargó de la construcción de la torre de esa Iglesia y se ocupó de otra de sus
pasiones, la instrucción pública, convirtiendo
la casa parroquial en un gran centro educativo. Dio clases
en el Colegio Nacional donde era director el Doctor Egidio Antonio
Montesinos. (Sosa Saa. p. 97.)
Es importante destacar que con el Real Patronato, o
derecho de los reyes sobre la iglesia, los reyes de España el 20 de mayo de
1503, ordenaron que junto a la iglesia en cada población, se construyera una casa para que el capellán
enseñara a leer, escribir y las nociones fundamentales de la fe católica. Esta
medida llevó a que un gran número de sacerdotes se dedicara también a la
enseñanza en escuelas particulares.
Lograda la independencia de Venezuela del dominio
colonial español y su desmembramiento de
la Gran Colombia en 1830, la organización de la nueva nación conllevó a
múltiples dificultades de todo tipo. El país tenía una economía en crisis,
aunada a la deuda contraída para la adquisición de armas durante la guerra de
independencia, y una lucha entre diferentes grupos por el poder; que originaron: múltiples conflictos armados
entre los militares herederos de la independencia, y la alternancia
presidencial de los grupos conservadores y liberales. Podría decirse que ambos
grupos eran de ideas liberales pero con
tendencias conservadoras los primeros y reformadoras los segundos.
La economía se sustentaba en la exportación de café y
cacao y la ganadería se veía afectada por las guerras civiles que se abastecían
con ella. El funcionamiento de la economía y la sociedad estaban supeditadas al
factor político que se debatía en constantes “revoluciones”, a las cuales se destinaban cuantiosos
recursos del Estado para enfrentarlas; lo que generaba continuos cambios de
gobierno y una deficiente administración pública.
El grupo conservador liderizado por José Antonio Páez se
mantuvo en el poder desde 1830 hasta 1848, incluso él mismo detentó la
presidencia en dos oportunidades en ese período: 1830-1835 y 1839-1843.
En 1840 surge el Partido Liberal al fundarse el
periódico El Venezolano dirigido por Antonio Leocadio Guzmán, y el 24 de
enero de 1848 se produce una lucha entre conservadores y liberales en el
Congreso con saldo de varios muertos entre ellos, Santos Michelena y varios
heridos. Con este acontecimiento los conservadores pierden el poder y el
gobierno liberal lo detentará durante los diez años siguientes, alternándose la presidencia José Tadeo
Monagas (1847-1851 y 1855-1859) y José
Gregorio Monagas (1851-1855), y el 1º de
marzo de 1858, la “Revolución de Marzo” dirigida por Julián Castro derrocó la hegemonía de este partido
político.
Julián Castro convoca a elecciones para realizar una
convención nacional, con la participación de los grupos conservadores y
liberales, que se efectuó en Valencia el 5 de julio de 1858, presidida por
Fermín Toro con el propósito de elaborar una nueva constitución y además,
nombró a Julián Castro como Presidente de la República.
José Antonio Ponte, quien tenía 26 años de edad, fue electo Diputado por la Provincia de
Barquisimeto y asistió a la Convención de Valencia. Allí estuvo defendiendo los derechos de la Iglesia como
el gran orador que era. Representaba al grupo conservador, ya que los liberales
propugnaban con mayor fuerza, un movimiento laicista que planteaba la
supeditación de la iglesia frente al Estado.
Finalizadas las discusiones y aprobada la nueva
constitución en enero de 1859, José Antonio Ponte regresó a El Tocuyo, pero
enfermó y fue trasladado a Duaca, donde
también estuvo poco tiempo debido a su enfermedad.
El 20 de febrero de 1859 inicia la Guerra Federal bajo
la dirección de Ezequiel Zamora hasta 1860 cuando murió y Juan Crisóstomo
Falcón tomó el liderazgo. El 1 de agosto de 1859 Julián Castro fue derrocado,
asume la presidencia Manuel Felipe Tovar y Pedro Gual la Vicepresidencia, pero
en 1861, con un alzamiento militar, José Antonio Páez retoma el poder.
Luego de firmado el Convenio de Coche el 22 de marzo de 1863,
que puso fin a la Guerra Federal, a la hegemonía política de los conservadores
y de José Antonio Páez; el 18 de marzo de 1865 se proclama a Juan Crisóstomo
Falcón, Presidente de Venezuela y a su cuñado Antonio Guzmán Blanco, Vicepresidente.
José Antonio Ponte en 1864, por problemas de salud había
sido devuelto a Valencia, donde además de ejercer el ministerio religioso se
dedicó a la enseñanza, se encarga del vicerrectorado
del Colegio Nacional de Carabobo, donde dictaba clases de Filosofía, Historia y
latín hasta 1868, cuando fue clausurado por la situación
política que vivía el país. Colaboró también con el Pbro. Dr. José Antonio Uzcátegui que había fundado en
1864 el colegio El Carmelo, que debido al abandono de la educación durante
la Guerra Federal, la institución “…tuvo mucho auge…” (p. 97. Sosa Saa).
El 3 de Junio de 1868, la fusión entre liberales y
conservadores desencadena en la Revolución Azul, Juan Crisóstomo Falcón
y Antonio Guzmán Blanco abandonan el país y el octogenario José Tadeo Monagas toma el poder
nuevamente, muere al año siguiente y su
sobrino José Ruperto Monagas asume la presidencia.
En 1869, José Antonio Ponte es nombrado Senador por
Carabobo y se traslada a Caracas. Dedicándose a trabajar también como
Profesor de la Universidad Central y del Seminario Tridentino.
El 4 de septiembre de 1869, acompañó como secretario
privado, al Arzobispo Silvestre Guevara y Lira
a las conferencias del vigésimo Concilio Ecuménico Vaticano en Roma,
convocado por Pio IX, el 8 de diciembre
de 1869. Esta actividad tenía como
finalidad reafirmar la autoridad y primacía papal (infalibilidad) y el Syllabus
realizado en 1864 que condenaba el liberalismo, el materialismo y el
racionalismo. La división de los Arzobispos en relación a esos temas condujo a
que un grupo de ellos se retiraran el 18 de julio de 1870. Finalmente fue
interrumpida por la Guerra Franco-Prusiana y la invasión y toma de Roma por el
ejército italiano en septiembre de 1870.
(Presumimos que el Arzobispo Guevara y Lira perteneció al grupo que se retiró
del Concilio)
José Antonio Ponte escribió 12 cartas dirigidas a diferentes
sacerdotes en Venezuela que fueron
publicadas en el periódico La Opinión y en un Libro dedicado a su persona. Allí
señalaba el impacto que le había causado conocer personalmente la historia y
cultura clásica europea y la nostalgia por su tierra natal.
En julio de
1870 regresa a Caracas y siguió dictando clases de Teología Moral en
el Seminario Tridentino y poco después junto con el Dr. Carlos Pérez Calvo
fundó en Caracas el Colegio de la Ascención, del cual Alberto Smith, quien
fuese rector de la Universidad Central de Venezuela y Ministro de Educación, destaca
como uno de sus egresados. (Educadores venezolanos p. 113)
El 14 de febrero de 1870, Antonio Guzmán Blanco había
desembarcado en Coro, y llega a Caracas
el 27 de abril liderando la Revolución de
Abril y tomando el poder, con lo
que se da inicio a 14 años de gobierno directo y personal, hasta 1897 cuando
muere en Paris. Fragmentado este gobierno en el septenio (1870-1877),
quinquenio (1879-1884) y aclamación
(1888-1890) y con influencia en los
gobernantes de turno: Francisco Linares Alcántara (1877-1879) y Joaquín Crespo
(1884-1888).
Conflicto Estado - Iglesia
La historiografía señala un conflicto entre el Arzobispo
Silvestre Guevara y Lira y el Presidente Antonio Guzmán Blanco. El arzobispo se
negó a celebrar un Te Deum, es decir,
una ceremonia religiosa de acción de gracias para exaltar el triunfo militar de
Guzmán Blanco, ya que el religioso le había pedido como condición para ello,
que el gobierno triunfante proclamara una amnistía general contra los
partidarios del partido conservador derrotado, a lo que Guzmán no accedió.
Esta situación conllevó a la expulsión del Arzobispo
Silvestre Guevara y Lira, mediante la resolución de “Extrañamiento del Territorio de la República” del 28 de
septiembre de 1870, es decir no cumplir con la ley de patronato de 1824, que
señalaba la autoridad del gobierno sobre la Iglesia. Guevara y Lira había sido designado en ese cargo por Bula de
Pio IX, el 27 de septiembre de 1852.
Sin embargo, Guzmán Blanco, líder de la Guerra Federal y
de formación universitaria e hijo de
Antonio Leocadio Guzmán se propuso un proyecto nacional de corte liberal para
modernizar el país, organizar el Estado nacional y dinamizar la economía
apegado a la visión liberal predominante para la época. Permite la inversión extranjera capitalista,
principalmente de Inglaterra, Francia, Alemania y progresivamente Estados Unidos para la
reactivación de la economía. Esto permitió que el sector más poderoso fuese el
comercial y prestamista, que se enriqueció en detrimento del agropecuario y
favoreció el surgimiento de la burguesía.
Comienza entonces, Guzmán Blanco la instauración del
sistema liberal, que plantea en su doctrina, la libertad de cultos, libertad de
educación y modernización de la nación. Este ideario liberal rompe con la
visión conservadora y religiosa de la educación por la científica, evolucionista,
de progreso y liberal. De allí, una
serie de medidas que pondrá en práctica: la primera fue el 27 de junio de 1870,
cuando se dicta el Decreto de Instrucción Pública, Gratuita y Obligatoria
elaborado por Martín Sanabria, ya que Guzmán Blanco consideraba: “…en las repúblicas democráticas la educación
universal del pueblo, es condición para el ejercicio responsable de los
derechos y deberes, y, por lo mismo, para la vitalidad de las instituciones
republicanas…” (Carrera Damas .p. 10), ya que, ello permitía el acatamiento
del nuevo orden social.
En relación a la Iglesia, además de la expulsión del Arzobispo
Guevara y Lira, desterrará a una gran cantidad de religiosos de todos los
niveles y tomará una serie de medidas, progresivamente, donde el Estado asumirá
el control que tenía la Iglesia. Entre
ellas: Cierre de los seminarios con decreto del 7 de septiembre de 1872;
eliminación de las fuentes de ingreso económico de la Iglesia como las
primicias (colaboración por ceremonias) en 1873; extinción de los conventos,
colegios y comunidades religiosas el 5 de mayo de 1874; expropiación de los bienes eclesiásticos y su
traslado al sector público, principalmente hacia la universidad Central (3 de
octubre de 1874) y a los Colegios Nacionales ( 31 de octubre de 1876);
eliminación del fuero religioso y privilegios eclesiásticos; elimina la
religión del pensum de estudios. Así
mismo, establece el matrimonio civil, y crea los registros civiles para
controlar el registro de nacimientos, matrimonios y defunciones; primero se
debía cumplir con la formalidad civil, y
decretó la secularización de los cementerios.
El 27 de marzo de 1874, mediante el decreto 1876,
declara a la Iglesia de la Santísima Trinidad de Caracas (construida con el
apoyo económico de la familia de José Antonio Ponte) como Panteón Nacional para
acoger los restos de los héroes civiles y militares de la patria.
Los Presbíteros Doctores Miguel Antonio Baralt y José Antonio Ponte
viajaron a Santo Domingo en 1873 y le
plantearon al Nuncio de su Santidad, Fray Roque Cocchia, la situación en Venezuela y la
ausencia de un Arzobispo desde 1870.
El 3 de junio de 1873 Guzmán Blanco, con el decreto
1849, decide declarar vacante el arzobispado violando los derechos de Guevara y
Lira y propone al presbítero Dr. Miguel Antonio Baralt para ocupar ese cargo, pero Baralt no aceptó, por lo que es
expulsado. Propone entonces a Monseñor José Manuel Arroyo, pero el Papa no lo
permitió.
El 21 de marzo de 1874 fue desterrado José Antonio Ponte
junto a otros religiosos y fue a Puerto Rico, allí fue asignado al Curato de la
Villa de Lares, donde nuevamente enfermó y su hermana logró que Antonio Guzmán
Blanco le permitiera regresar.
La Santa sede designa a Monseñor Roque Cocchia para
resolver el problema, quien logra que el
17 de mayo de 1876, renuncie el
Arzobispo Silvestre Guevara y Lira después de 22 años de ejercicio, para permitir
el nombramiento de un nuevo Arzobispo,
y le propone a Guzmán Blanco, al
Presbítero José Antonio Ponte para el cargo, quien lo aceptó y fue consagrado a
la Iglesia de San Francisco en Caracas el 30 de noviembre de 1876. Permaneció 7 años como Arzobispo hasta su
muerte en 1883.
José Antonio
Ponte siguiendo los acuerdos del
Concilio de Trento, que establecía la creación de Seminarios para la formación
de sacerdotes, y a pesar del cierre de estas instituciones, logra que Antonio
Guzmán Blanco le autorice a establecer
una Escuela Episcopal que era un
seminario disimulado, que aparece como escuela de San Antonio, la cual dio una
importante cantidad de sacerdotes y constituye uno de sus más importantes
aportes a nivel educativo como Arzobispo.
Ramón Pompilio Oropeza figura entre uno de los educadores que dicto
clases allí. (Educadores Venezolanos. p. 100)
Debe destacarse que otros sacerdotes como: Monseñor
Jesús M. Jáuregui con el Colegio sagrado Corazón de Jesús en La Grita, y Juan
Pablo Wohnsiedler con el Colegio San Agustín en Barquisimeto, habían logrado
evadir la disposición del cierre de seminarios, y en colegios privados de
manera solapada, formaron religiosos.
José Antonio Ponte fue el sexto Arzobispo de Venezuela
(1876-1883), el primero fue el Dr. Francisco de Ibarra en 1803, cuando la Bula
del Papa Pio VII crea el Arzobispado de Caracas; el segundo fue el Dr. Narciso
Coll y Pratt en 1810; el tercero el Dr. Ramón Ignacio Méndez en 1827; el cuarto
el Dr. Ignacio Fernández Peña en 1842 y
el quinto el Dr. Silvestre Guevara Lira en 1853.
Emulando al Obispo Mariano Martí en 1772, José Antonio Ponte
realizó visitas pastorales a varias regiones de Venezuela desde 1887 hasta
1883.
El aporte más importante de José Antonio Ponte lo
constituye, el hecho de poder resolver
gradualmente las desavenencias entre Iglesia Católica y Estado como Señala Sosa
Saa: “Su obra fue pues, obra de
reconstrucción, de armonía i de gloria, obra magna, la cual merecerá siempre
las bendiciones i las alabanzas de todos los que de verdad amen la religión i
la patria.” (p. 195) y continua: “La misión del Iltmo. señor Ponte estaba
trazada de antemano por los acontecimientos. El debía poner sus talentos, sus
virtudes i su prestigio al servicio del gran pensamiento de restablecer
sólidamente la armonía entre la Iglesia i el Estado” (p.138) “…sirvió como medio de pacificación y armonía
entre el poder civil y el eclesiástico….”
Con José Antonio Ponte terminó y desapareció toda
desavenencia del Ilustre Americano y la Curia Romana y volvió la tranquilidad,
logrando se relajara la presión anti-eclesiástica, a pesar de la puesta en práctica
de los principios de la filosofía liberal junto a las ideas de la ilustración y
el positivismo, con repercusiones en todas las instancias de la vida del país y
del mundo.
Estas ideas conllevan a una sociedad que busca avanzar
hacia el progreso afianzada en la ciencia y en un modelo del liberalismo,
dejando atrás las explicaciones religiosas y debilitando el poder que la
iglesia católica había mantenido hasta entonces. Este es el contexto mundial y
nacional en que se va a desenvolver y en el que tiene que mediar José Antonio
Ponte.
Muchas de las medidas tomadas en contra de la iglesia
durante el gobierno de Antonio Guzmán Blanco fueron derogadas durante los
gobiernos de Juan Pablo Rojas Paúl y Juan Vicente Gómez, restableciéndose
lentamente el accionar de la Iglesia católica, lográndose el ingreso de
diferentes congregaciones a partir de 1890, que se dedicaron fundamentalmente a
la educación.
Indudablemente, la preocupación por la educación del
pueblo, conllevó a que donde quiera que José Antonio Ponte fuese ubicado para
el ejercicio del ministerio religioso, allí fundaba una escuela, por lo que
debe ser reconocido y valorado como uno de los individuos preocupados y
ocupados en esta labor.
Autora: doctora
Yolanda Aris
Cabudare, junio
de 2015
Fuentes Consultadas
Fundación Polar. Diccionario de Historia de Venezuela.
Caracas,
Mac.Pherson, Telasco A. Diccionario
del Estado Lara. Histórico, Geográfico, Estadístico y Biográfico. Tercera
Edición. Biblioteca de Autores Larenses. Ediciones de la Presidencia de la
República. Caracas, 1981. 558 p.
Silva Falcón, Willinger. Anuario
Biográfico del Estado Lara. Cámara de Comercio. Barquisimeto, 1999. 130 p.
Silva Uzcátegui. Enciclopedia
Larense. Tomo I. Caracas, 1969. 505 p.
Sosa Saa, José Tomás. Ilustrísimo
Señor Doctor José Antonio Ponte. VI Arzobispo de Caracas i Venezuela.
Imprenta Gutenberg. Caracas, 1929. 206.
p.
Carrera Damas, Germán. Formulación
Definitiva del Proyecto Nacional: 1870 – 1900. Cuadernos Lagoven. Serie
Cuatro Repúblicas. Caracas, 1988. 129 p.
Sambrano Urdaneta, Oscar. (Coordinador). Educadores Venezolanos. MENEVEN, Caracas, 1981. 201 p.
Sosa Saa, José Tomás. Ilustrísimo Señor Doctor José Antonio Ponte. VI Arzobispo de Caracas i Venezuela. Imprenta Gutenberg. Caracas, 1929.