Al señor José Castañeda (cheo) y familia, vecinos de agua
viva, quien por años ha difundido el patrimonio cultural local. A ellos dedico.
Recién elegido Cronista
Municipal de Palavecino en julio de 1994 el suscrito recibió la sugerencia de
un grupo de vecinos en relación a tres preocupaciones fundamentales a saber: en
primer lugar sobre el topónimo Cabudare, en segundo lugar fecha y lugar de la
supuesta fundación de la ciudad y por último la necesidad que estas
investigaciones pudieran convertirse en un sencillo libro de consulta para los
niños y niñas de esta entidad local.
A decir verdad era una iniciativa a mediano o largo plazo
por cuanto el autor de este ensayo ya venía investigando sobre temas de
historia municipal que publicaba frecuentemente el desaparecido periódico Crónica Metropolitana que
posteriormente recibiría el nombre de El cronista, además ya había realizado
algunos diálogos al respecto con el maestro historiador Francisco Cañizales
Verdes, compadre y amigo, quien nos sugiere visitar el Museo de Quíbor e
igualmente consultar una investigación que había publicado en años pretéritos
el medico e historiador caroreño Ambrosio Perera Meléndez así como la Guía
Industrial de Barquisimeto, concretamente un ensayo cuyo autor en el paisano
riotocuyano doctor Pedro Norasco Pereira (hijo). Por otra parte el maestro
Federico Brito Figueroa en la ciudad de Caracas nos presentó al historiador
caroreño Herman González Oropeza, sacerdote jesuita y académico en la
universidad católica Andrés Bello de la capital venezolana, quien nos facilitó posteriormente
información documental de mucha importancia. Labores que progresivamente
cumplimos como lo habían sugerido los citados maestros historiadores. Para la
navidad de 1997 ya se contaba con una hipótesis de trabajo al interpretar una
seria de fuentes éditas e inéditas que conllevaron a elaborar nuestra hipótesis
de trabajo, Cabudare no contó con fundación alguna, la
interpretación-comprensión de la dinámica del uso del espacio como un producto
social conllevó a tres poblamiento que identificamos como pre-colonial,
colonial y post-colonial, los cuales estarían fechados tentativamente de esta
forma: el primero, es decir el pasado aborigen o pre-colonial, desde el
pretérito hasta mediado del siglo XVI, el segundo desde 1552 hasta
aproximadamente 1817 y el tercero o post-colonial que se inicia el 27 de enero
de 1818 que identificamos como definitivo hasta el presente. Esta información
generosamente la publicó el diario El
Impulso de Barquisimeto a través de la periodista licenciada Mayra Tornay
Arteta el lunes 26 de enero de 1998.
A partir de esa publicación se desarrollaron una infinidad
de actividades que fueron satisfaciendo las preocupaciones de los vecinos que
de manera verbal o escrita nos habían manifestado a mediado de 1994.
A manera de síntesis para no extendernos compendiamos las
siguientes informaciones:
a)
Se realizaron trabajos de campo en las
serranías de Terepaima o con el equipo científico del Museo Arqueológico de
Quibor, dirigido por el antropólogo Juan José Salazar.
b)
Se efectuaron otras visitas a dichas
serranías con un grupo de vecinos, posteriormente habitantes de la comunidad de
Vallecito remitieron algunas piezas líticas (hachas de piedras) localizadas en
esta zona de poblamiento pre-colonial.
c)
El maestro amigo Tomás Alvarado González
nos facilitó graficas correspondientes al petroglifo existente en Terepaima.
d)
El doctor Gustavo Rojas Lugo y el
maestro Renato Agagliate, publicaron artículos sobre el topónimo Cabudare y la
familia aborigen de los axaguas.
e)
En el año 2001 con el aval y editorial
del Ministerio de Educación, Cultura de Deporte, Gobernación del estado Lara y
alcaldía del Municipio Palavecino se publicó nuestro libro KABUDARI ARBOL
GRANDE, texto complementario de historia y geografía del municipio Palavecino.
f)
Con la experiencia del libro anterior y
por iniciativa del personal directivo y docente de la escuela artesanal Valmore
Rodríguez de esta ciudad fundamos la Catedra de Historia Municipal “Don Vidal
Hernández Agüero”, experiencia académica única en el estado Lara, dirigida a
los niños y niñas de esa institución, recibiendo reconocimiento estadales y
nacionales. Con la significativa colaboración de las colegas: Elisabeth Abreu,
Ana Julia Rivero y Zenaida Carpio.
g)
Finalmente en el año 2008 fue ratificado
la Ordenanza sobre los Símbolos del municipio Palavecino en cuyos Artículos: 12
y 16 se destacan importantes contenidos del pasado aborigen local, además en relación
a este poblamiento los Artículos 3 y 23 que refieren a determinado especies de
fauna que se consideran animales sagrados para estos ancestrales habitantes
locales.
EPILOGO
Es importante que los lectores consulten las obras del
maestro Pedro Cunill Grau para interpretar
la transcendencia del uso de la categoría POBLAMIENTO para la comprensión de la
importancia del espacio como un producto social ya que el ser humano necesita
satisfacer necesidades espirituales y materiales en su establecimiento
poblacional, tal como ocurrió en Cabudare el 27 de enero 1818, de esta manera
se logra entender nuestra hipótesis elaborada hace 20 años.
NOTA: en
próximos artículos se abordará a manera de síntesis los poblamientos colonial y
post-colonial.
Enero de 2017
Maestro Taylor Rodríguez García
Cronista Oficial del Municipio Palavecino
Entrevista
de la Licenciada Mayra Tornay Arteta. Diario El Impulso.
Barquisimeto,
Lunes 26 de enero de 1998.
Piezas
líticas localizadas en la comunidad EL VALLECITO.
Grafica
facilitada por un grupo de vecinos
Petroglifo
existente en la montaña de Terepaima.
Fotografía
facilitada por el amigo Tomas Alvarado González. Según el maestro Miguel Acosta
Saignes los petroglifos… “constituyen restos arqueológicos y representan una
fase de la historia de la escritura. Por medio de ello, las sociedades antiguas
comunicaban ideas sobre hechos reales e imaginarios”
Veasé la excelente ilustración en
este libro texto complementario de historia y geografia del municipio
Palavecino
Gráfica
facilitada por la doctora Yolanda Aris, visita de su hijo Víctor Rodríguez Aris
al petroglifo de Terepaima. El dibujo fue realizado por los artistas plásticos:
Jorge Alvarez y Eudy Torín, contenido en nuestro libro KABUDARI ARBOL GRANDE, pág.
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