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domingo, 24 de enero de 2016

CONTEXTO HISTÓRICO LOCAL EN LOS INICIOS DE LA LABOR DOCENTE DE LA ADMIRADA MAESTRA OMAIRA SEQUERA SALAS, EDUCADORA INTEGRAL EN EL MUNICIPIO LOS RASTROJOS, DISTRITO CABUDARE

(Dedico a mis maestros y maestras de educación primaria, Escuela
Nacional Doctor Rafael Tobias Marquis, Rio Tocuyo, Municipio Torres)

 
            En las primeras décadas del siglo XX el entonces Municipio Los Rastrojos era el escenario vital de un universo poblacional estimado en tres mil quinientos habitantes. Cifra que había disminuido en relación al censo nacional de 1891, situación quizás generada parcialmente por la epidemia de la gripe española que azotó a diversos pueblos venezolanos entre finales de 1918 y principios de 1919.


            El Municipio Los Rastrojos se caracterizaba por ser una sociedad rural, agropecuaria, retrato local de una realidad nacional. Con una notable riqueza pecuaria concentrada, en particular la cría de ganado vacuno, al unísono una pobreza generalizada donde sobresalen elevados índices de analfabetismo y mortalidad, un rutinario patrón alimenticio, carencia de agua potable, falta de vialidad, vivienda sin las instalaciones sanitarias mínimas. Delicada radiografía que obviamente incidía en una esperanza de vida limitada, que todavía en 1936 no vulneraba los treinta años de edad.

            En el citado año fallecieron ciento veintiséis  vecinos en el Municipio Los Rastrojos, de este total, el 50.9 % no había cumplido los treinta años de edad, increíble pero cierta esta cifra. Del citado porcentaje, quince infantes no lograron siquiera alcanzar   los veinte días de vida.

            Este delicado cuadro expresa la gravedad del abandono oficial en materia sanitaria, sin médicos ni medicamentos y por supuesto ausencia total de instalaciones sanitarias. Saldo doloroso heredado de la administración gomecista. Con todo el hombre fuerte de La Mulera y el régimen encabezado por él, parece ser que todavía cuenta con voces lisonjeras en Venezuela.

II

            Sin embargo no todo podía ser un manto de penumbras, en el horizonte se logró ver una pequeña luz que iluminaría progresivamente los caminos culturales rastrojeños, desafiando la indolencia oficial y logrando un modesto objetivo. Surgió la iniciativa de establecer una sencilla escuela para darle vida a la palabra. No importando la ausencia de recursos materiales, situación común a lo largo y ancho de la geografía venezolana.

            Aquella minúscula llama se transformaría luego en antorcha perenne, por algunas décadas iluminaría el destino de varias generaciones de educandos, primero en el aula y más tarde como paradigma, maestra integral de indiscutibles virtudes ciudadanas. Nos referimos a la niña OMAIRA SEQUERA SALAS, quien abrazó el mundo terrenal el 2 de septiembre de 1888, fecha de su nacimiento, día de evidente satisfacción para su padre el señor Antonio Sequera y su señora madre Carolina Salas.
III
            Es posible que una de las iniciales escuelas de primeras letras de Los Rastrojos en el amanecer del siglo XX naciera de los desvelos y preocupaciones de la maestra Omaira Sequera Salas, quien similar a su coterráneo Héctor Rojas Meza funda una humilde casa de luces cuando todavía era muy joven, estableciéndola en Cabudare.

            La inquietud de la preceptora rastrojeña quizás repercutió en las instancias estadales y nacionales, a pesar del menguado interés gubernamental en materia educativa. Se infiere que nuestra humanista ha debido ser insistente y al final los desvelos, las utopías no fueron en vano, ya que el primero de junio de 1921 la niña Sequera Salas sería designada maestra de una Escuela Mixta Estadal en su propia comunidad natal.

            A manera de hipótesis puede deducirse que en esa fecha logró convertirse en oficial  la institución particular que la ilustre educadora había fundado, la cual tenía por sede su misma casa de habitación, ubicada frente a la Plaza Bolívar de Los Rastrojos, en pleno corazón histórico, vivienda que todavía existe para el momento que escribo este esbozo biográfico y que ojalá se mantenga en el tiempo, pudiendo ser sede de una institución cultural, dada su característica de patrimonio edificado palavecinense.

Durante un cuarto de siglo laboraría la niña Omaira en centros oficiales de enseñanza, que creemos todos pertenecía a la jurisdicción del antiguo Municipio Los Rastrojos.

            Un abanico de testimonios biográficos suscritos por la preceptora, facilitan compendiar en la Matriz Nº 1 el registro de sus servicios como educadora en instituciones oficiales. A saber:
Matriz 1



 (*) Matriz elaborada por Taylor Rodríguez García a partir de fuentes documentales y anotaciones autobiográficas de la ilustre educadora.

(**) El 23 de febrero de 1933 la Inspectoría Técnica de Educación Primaria Novena, circunscripción  del Estado Lara dispuso que esta institución fuera destinada para la atención exclusiva de las niñas. Para la fecha la máxima autoridad educativa de la entidad larense era el humanista yaracuyano Dr. León Trujillo. Según testimonio suscrito por la niña Omaira Sequera Salas en septiembre de 1943 a este centro educativo ya se le había reemplazado el Nº 44 por el  402.

De acuerdo a otras fuentes primarias fechadas en julio de 1944 esta casa de luces nuevamente tenía el carácter mixto. En el primer grado recibían enseñanzas diez niñas y quince varones. En segundo grado cursaban cinco niñas y cuatro varones.

2.- DESEOS DE SUPERACIÓN

A pesar de las contadas posibilidades que tenían los educadores en Venezuela de realizar estudios universitarios o simplemente cursos de mejoramiento profesional (especialmente en las comunidades provincianas) a lo largo de las casi tres décadas de la dictadura petrolera gomecista “gobierno de la malhechuría” en las singulares palabras del humanista caroreño Cecilio Zubillaga Perera, la maestra Sequera Salas logró participar en determinados cursos de corte, costura y bordado, los que fueron muy útiles en la formación que brindó a las niñas rastrojeñas y de otras comunidades que se acercaron a las modestas aulas de aquel foco de luz que ella con sabiduría y constancia mantuvo encendido en su patria chica, actual capital de la Parroquia José Gregorio Bastidas.

            En 1935 falleció el dictador tachirense Juan Vicente Gómez también conocido como el hombre fuerte de La Mulera. En los días iniciales de 1936 las contadas organizaciones sociales que podían existir en el país o que emergieron en aquella coyuntura, expresaron los anhelos de los sectores sociales no propietarios, exigiendo respuestas a evidentes problemas colectivos que desde años afectaban la vida nacional. Casos de la salud, educación, obras de infraestructura, mejoramiento integral del sector agropecuario, otorgamiento de créditos para los pequeños y medianos productores, entre otras situaciones que requerían respuestas oportunas y eficientes.

            Los educadores no estuvieron al margen del universo de utopías nacionales. La antigua Sociedad Venezolana de Maestros de Instrucción Primaria devino en la combativa Federación Venezolana de Maestros, que entre otros grandes objetivos logró progresivamente algunas reivindicaciones socioeconómicas y socioculturales para sus afiliados.

            Por ejemplo en períodos vacacionales  y en otros lapsos del año incluido el período vacacional o parte de esos días de descanso, instancias educativas oficiales dictaron los llamados cursillos de capacitación pedagógica para maestros y maestras que carecían de formación universitaria o no eran egresados de las escuelas normales. En fin, para educadores en servicio. Incluso la misma F. V. M dictaba estos cursos designando como facilitadores a sus propios directivos seccionales o experimentados afiliados, algunos de ellos egresados de la Escuela Normal de Caracas.

            “Eran tiempos en que los gremios se preocupaban de forma significativa por la formación académica de  sus integrantes y no sólo por el aumento de sueldo”. Testimonio aportado por el extinto educador cabudareño Francisco José Rojas, miembro de la citada federación desde sus días iniciales.
La niña Omaira Sequera Salas se incorporó entusiastamente a los citados cursos de capacitación. Información que se puede validar con dos testimonios escritos correspondientes a los certificados por asistencia a la “Semana preparatoria para maestros en servicio” y el “Curso de perfeccionamiento pedagógico para el magisterio larense”, eventos académicos realizados en Barquisimeto ente el 24 y el 31 de diciembre de 1941, el segundo se llevó a efecto la semana del 12 al 18 de diciembre de 1943, respectivamente. (Véase anexos a, b).

            Como se subrayó, la educadora rastrojeña siempre estuvo en la mejor disposición de participar en todas y cada una de las iniciativas que contribuyeran al mejoramiento de la formación académica de los docentes.

3.- UNA PROFUNDA VOCACION POR LA DOCENCIA. LA FORMACION INTEGRAL DE LOS NIÑOS Y NIÑAS, SU RAZÓN DE SER.

            En párrafos  iniciales resaltamos que la preceptora Sequera Salas desde muy joven asumió la aplaudible y digna responsabilidad de dedicarse a la enseñanza de párvulos y párvulas provenientes de modestos hogares de la comarca cabudareña y en particular de los educandos del entonces Municipio Los Rastrojos.

            Una muestra indiscutible de la labor magisterial de nuestra humanista bajo el perfil indicado se expresa en una experiencia muy sencilla que el suscrito en una oportunidad escuchó de parte de algunos vecinos de Los Rastrojos, que comunicaron que presuntamente la admirada maestra al recibir a niños y niñas de muy escasos recurso materiales, que entre numerosas carencias no poseían ni siquiera un modesto cuaderno para los apuntes, ella resolvía la situación confeccionando singulares cuadernos con papel reciclado proveniente de pulperías locales cuyos propietarios generosamente donaban bolsas (grandes), envases de productos de consumo masivo. En horas del descanso hogareño la bondadosa educadora sumaba a sus esfuerzos y eternas preocupaciones, hilo, tijera, cartulinas, pega y agujas, así poco a poco, pacientemente iban “naciendo aquellos recursos”. Lo había advertido oportunamente Don Simón Rodríguez “inventamos o erramos”, llamado que siempre tuvo eco en el pensar y hacer educativo de la admirada hija de Los Rastrojos. Ciertamente esta iniciativa de nuestra humanista era una labor sencilla pero deja ver la infinita capacidad creativa del pueblo venezolano, hermoso patrimonio heredado de  chones, tatarabuelos, bisabuelos, abuelos y padres, lo cual debemos difundir, valorar y defender por los siglos del porvenir.

E P I L O G O

            La niña Omaira laboraría como maestra en una institución oficial hasta el 1º de febrero de 1946, así  lo decidió el Ministerio de Educación, y lo informó su titular, profesor H. García Arocha, a través de la circular Nº 50 de fecha 17 de enero de 1946.

            En ese mismo documento la autoridad educativa le informa que percibirá una asignación quincenal de ciento cincuenta y cinco bolívares.

            Para la fecha que recibe su jubilación, nuestra humanista laboraba todavía posiblemente en la Escuela Rural Unitaria Nº 44,  el 1º de junio de 1946 cumpliría  la ilustre educadora rastrojeña veinticinco años de servicios ininterrumpidos, un cuarto de siglo en actividades permanentes en centros educativos oficiales.

            Próxima a cumplir cincuenta y ocho años de edad el 2 de septiembre de 1946, la maestra Sequera Salas se encontraba  felizmente en plena capacidad para ejercer otras responsabilidades en la administración pública.

            El 28 de diciembre de 1950 el gobierno nacional a través del decreto Nº 27 la designó segunda suplente en el juzgado del entonces Municipio los Rastrojos.

            El 14 de agosto de 1951 el señor Aníbal Palacios, juez titular de Municipio Los Rastrojos le remite correspondencia por medio de la cual le convoca a que se incorpore al tribunal local ya que el titular disfrutaría sus vacaciones anuales a partir del día siguiente. Así ocurrió y la niña Omaira ingresa de nuevo a la historia larense, no como noble docente si no en su responsabilidad de autoridad judicial municipal, quizás primera dama en nuestra entidad en atender tan delicado compromiso.

            Otra vez entre el 15 de agosto y 15 de septiembre de 1952 la admirada educadora rastrojeña ejerció labores  como juez en su municipio natal. El suscrito desconoce hasta que año asumió esta actividad oficial.

            Casi centenaria concluyó su itinerario vital la niña Omaira Sequera Salas, el 16 de mayo de 1983. Murió físicamente para renacer en la infinidad  de corazones rastrojeños, palavecinenses, larenses y  venezolanos que sempiternamente  evocaran  su nombre y su ejemplo, para recordarla como auténtica educadora paradigma que enseñó para la vida y se caracterizó por ser “Humilde, justa, pacifica, bastante católica (nos preparaba con mucha paciencia para la primera comunión a niños y niñas), inteligente al igual que su sobrina Sara (que cuando era muy necesario le hacía la suplencia). En fin era una gran maestra que nos enseñó con bondad, con mucha dedicación, que siempre nos invitó a compartir hasta una pequeña fruta que de nuestra casa nos regalaban para llevar a la  escuela. Cuanto le agradezco a mi maestra Omaira…todo…todo...lo que recibimos de ella. Recuerdo que cuando pagué el servicio militar entre Maracaibo y Maracay… me fue muy útil lo que aprendimos bajo su orientación en aquella pequeñita escuela de Los Rastrojos. En esa comunidad nací el 4 de diciembre de 1933… Escuela pequeña, un modesto archivo y un saloncito… grande, muy grande por el cariño y la sabiduría de nuestra afectiva maestra”.                             

            En gran parte así la recuerda hoy su antiguo alumno Concepción Vásquez, así la deben recordar todos sus discípulos que encontraron en ella la palabra, la sonrisa, el consejo oportuno, el cariño, la comprensión, la enseñanza para la vida.

HOMENAJE A LA NIÑA OMAIRA SEQUERA SALAS

            En 1967 y en 1987 dos instituciones educativas palavecinenses se les asignó por epónima el nombre de la maestra nacida a finales del siglo XIX. Primero una escuela estadal por disposición del Concejo Municipal local durante la presidencia del respetado amigo Sr. Eurípides  Ponte, decisión  oficial firmada en Cabudare el 14 de diciembre de 1967.

            Iniciativa oficial municipal que luego fue desconocida al asignarle otro epónimo  a dicha escuela de la jurisdicción  del antiguo Municipio José Gregorio Bastidas, capital Los Rastrojos.

            Transcurrieron veinte años y en un acto de verdadero desagravio, fechado el 13 de agosto de 1987 el ciudadano Profesor Pedro Cabello Poleo, Ministro de Educación designó al instituto educativo oficial establecido en el Distrito Palavecino, identificado hasta esa fecha con la denominación CREACION  IX, con el nombre de nuestra humanista, desde aquella fecha y ojalá por siempre reciba la eponimia de “OMAIRA SEQUERA SALAS”. (Véase anexos c, d). Indiscutible acto de justicia para una noble y admirada maestra que al margen de su desaparición física en 1983 sigue enseñando con su ejemplo de bondad, constancia y solidaridad…..perenne luz que derrotó oportunamente las sombras.

Sabana de la Villa de Kabudari
Enero de 2016
Maestro Taylor Rodríguez García
Cronista Oficial del Municipio Palavecino
Primer trimestre




  
ANEXOS
(Se respetó texto original en cada uno de los documentos)




  

      Anexo a.

 




Anexo b.

“República de Venezuela. Estado Lara. El Concejo Municipal del Distrito Palavecino, en uso de sus atribuciones legales.

Considerando

Que es deber de esta Municipalidad exaltar los  valores que en el campo de la docencia han contribuido con el mayor realce a la formación cultural de la colectividad que este Cuerpo representa.

Considerando

Que por la desinteresada labor que en ese campo rindió en el Distrito, la ciudadana OMAIRA SEQUERA SALAS es merecedora del más justiciero reconocimiento de la Cámara Municipal de orden en esta entidad.

Acuerda

Art. 1º Desígnese con el nombre de la mencionada educadora la Escuela Municipal que funciona en Los Rastrojos, -Capital del Municipio José Gregorio Bastidas de este mismo Distrito Palavecino, sector Vivienda Rural.

Art. 2º Particípese este acuerdo unánime de la Cámara a la Dirección de Educación y Cultura Popular del Estado, para el cabal cumplimiento del mismo.

Art. 3º Comuníquese y Publíquese.
Dado, firmado y sellado en Cabudare, a los catorce días del mes de diciembre de mil novecientos sesenta y siete.- Años 158º y 109º. El Presidente, Eurípides Ponte. El Secretario José Antº Faneite.



Anexo c.

REPÚBLICA DE VENEZUELA. MINISTERIO DE EDUCACIÓN
DIRECCIÓN GENERAL DEL MINISTERIO
CARACAS 13 DE AGOSTO DE 1987

Vistos la solicitud formulada al efecto y el informe emitido por la comisión que tiene a su cargo conocer y formular recomendaciones sobre la denominación de los planteles educativos, por disposición del Ciudadano Presidente de la República, de conformidad con lo dispuesto en los artículos, 107 de la Ley Orgánica de Educación, 71 de su Reglamento General; y los artículos 1º, 2º y 5º de la Resolución Nº 303 sobre el régimen Complementario de la Denominación  de Planteles Oficiales y Privados de fecha 15 de mayo de 1986

Resuelve

Designar con el epónimo “Omaira Sequera Salas”, al Plantel Nacional Escuela Básica, a la “Creación IX”, que funciona bajo el Código de Dependencia Numero 007914135, ubicada en Los Rastrojos, Municipio José Gregorio Bastidas, Distrito Palavecino, del Estado Lara.

Comuníquese y Publíquese,                       Pedro Cabello Poleo
                                                                                 Ministro de Educación

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