De cuna en el
vecino estado Portuguesa, muy joven contrajo nupcias con el señor Juan de Dios
Meleán, admirado educador cabudareño con obra magisterial trascendente en el
transcurrir del siglo XIX, no sólo en el aula si no también en labores
administrativas en la educación primaria, responsabilidad oficial que ejerció
en las últimas décadas de esa centuria.
Se desconoce la fecha en la cual
doña Mercedes inició su actividad docente en el antiguo Distrito Cabudare.
Posiblemente ocurrió en las postrimerías del decimonono. Así se infiere e la
lectura de fuentes documentales o inéditas.
Obra académica que realizó con
indiscutible constancia, honestidad y humildad. Sin mostrar jamás muestras de
cansancio o enfado. A lo largo de su itinerario vital la enseñanza constituyó
su leitmotiv cotidiano.
El escritor curarigüeño Rafael
Domingo Silva Uzcátegui incluye su nombre en un lacónico censo de maestras que
en Cabudare… “consagraron su vida hasta el fin de sus días, a la formación
intelectual de la niñez”. (1)
II
Algunos datos relacionados con su morada y ejercicio
docente en Cabudare:
A principios del siglo XX la señora
Mercedes Ponte de Meleán compra el señor Juan Bautista Giménez, “por sí y en
representación de su señora esposa Soledad Ortiz, los derechos y acciones que
tiene en una casa de esta ciudad de Cabudare”.
Coetánea a la información anterior
se registra el nombre de la citada educadora en una lista de vecinos cuyas
viviendas reciben el servicio de agua a través de tuberías. La pluma de su casa
estaba identificada con el número 28.
En relación a su ejercicio
magisterial en esta ciudad de la otra banda del Turbio se indican los
siguientes testimonios. A saber:
-Para mediados de diciembre de 1926
desempeñaba la responsabilidad oficial de directora de la Escuela de Corte y Costura
de nuestra ciudad. En esa fecha remite un informe a las autoridades civiles
locales correspondiente al resultado de exámenes recién efectuados en esa casa
de luces.
-Cuatro años posteriormente el
ciudadano Secretario General de Gobierno del estado Lara, a través de la Jefatura Civil del Distrito
Cabudare, autoriza a la honorable maestra a efectuar los exámenes en la
mencionada escuela, facultándose para que ella designe a los integrantes de la
junta examinadora, como se estilaba en aquellos años.
-A finales de 1935 la
incansable trabajadora magisterial
comunica a las autoridades distritales que al margen de sus quebrantos de
salud, la citada institución educativa bajo su dirección enviará un a
representación a los actos oficiales con motivo de la celebración del día del
árbol. Festividad escolar que por varias décadas persistió en Palavecino y en
Venezuela en general. Dolorosamente extinguida.
III
Presuntamente el cuadro de salud de
doña Mercedes Ponte, viuda de Meleán se tornó más grave. Ella misma mientras
físicamente pudo e igualmente sus familiares y amigos, realizaron determinadas
diligencias ante la gobernación del estado Lara solicitando el justo beneficio
de jubilación.
Estos trámites tuvieron eco en el
ejecutivo estadal, entre otras razones, gracias al respaldo brindado por el
ciudadano doctor Julio Alvarado Silva quien en meses posteriores ejercería como
Secretario General de Gobierno.
El doctor Alvarado Silva era
propietario de la antigua hacienda La
Mata de Cabudare.
También había contribuido a que nuestra ciudad
le fuera mejorado el servicio de acueducto. En años posteriores, período
de la década del cincuenta del siglo XX fue concejal y presidente del cabildo
palavecinense.
La jubilación se hizo efectiva a
partir del 9 de enero de 1936, recibiendo una pensión mensual de 100 bolívares.
Puede leerse contenido de este
documento en el anexo identificado con la letra A.
IV
A raíz de la jubilación de la
educadora Ponte de Meleán, posiblemente la Escuela de Corte y Costura estuvo carente de
autoridad en el resto de los meses de 1936, o sencillamente cerró sus puertas.
Casi al concluir el citado año, el
29 de diciembre es designada para asumir esa responsabilidad académica la
señora Virginia de Lucena, quien ha debido juramentarse en esa fecha.
V
Lamentablemente la admirada
educadora portugueseña de nacimiento, larense y particularmente cabudareña por
afecto y estrechos lazos familiares, disfrutó por poco tiempo su jubilación. La
salud fue empeorando cada día, las preocupaciones y desvelos de su insigne
familia alcanzaron niveles de angustia. El 15 de junio de 1937 al año y medio
de otorgarle la jubilación, concluyó su pasantía terrenal, la cual estuvo
signada por el significativo cariño a las nuevas generaciones, formándolas para
la vida desde la difícil responsabilidad del ejercicio docente, labor magisterial que igualmente
dedicó numerosos años a grupos de damas adultas que recibieron sus enseñanzas
en la Escuela
de Corte y Costuras de Cabudare.
Damas humildes que recibieron
conocimientos en esta actividad manual, lo cual repercutió favorablemente en
mejorar sus ingresos familiares y a partir de entonces desarrollar su vida en
condiciones socioeconómicas dignas, en el marco de un país que había descuidado
las prerrogativas esenciales del ciudadano, particularmente la mujer campesina,
abandonada no sólo por el Estado venezolano, si no también por su propia
familia, en hogares con numerosos hijos, analfabetas, enfermos y
subalimentados.
Su entierro fue una masiva
manifestación de cariño, respeto y consideración por la bondadosa maestra que a lo largo de su vida fue
indiscutible paradigma para numerosas discípulas que siempre encontraron en
ella palabras de orientación, de afecto sempiterno y sonrisas cristalinas,
esperanzadoras.
Las autoridades civiles del Distrito
Palavicini realizaron un merecido homenaje a Doña Mercedes Ponte, viuda de
Meleán, quien asumió a la comarca cabudareña como su nueva patria chica.
CITA:
(1)
SILVA UZCATEGUI, R.S. Enciclopedia
Larense. Tomo II. p.90
Maestro
Taylor Rodríguez García
Cronista
oficial del municipio Palavecino
Cuarto trimestre de 2015
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